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dc.creatorRamón de la Fuente Muñizes_ES
dc.creatorMaría Elena Teresa Medina Mora Icazaes_ES
dc.date1987
dc.date.accessioned2022-06-10T17:59:17Z
dc.date.available2022-06-10T17:59:17Z
dc.identifierhttp://www.revistasaludmental.mx/index.php/salud_mental/es_ES
dc.identifier.urihttp://repositorio.inprf.gob.mx/handle/123456789/7533
dc.descriptionEl alcoholísmo y el abuso de bebidas alcohólicas son fenómenos complejos que deben enfocarse en términos de una multiplicidad de factores. Para poder manejar eficientemente estos problemas, es esencial tomar en cuenta esta pluralidad. Este trabajo consta de dos secciones. En la primera se presenta un diagnóstico del problema tomando en cuenta los factores relacionados con la disponibilidad de las bebidas alcohólicas, las prácticas de consumo, las consecuencias del abuso y las variables sociales y culturales que afectan el consumo. En la segunda sección se plantean las medidas de prevención recomendadas para México, considerando los mismos elementos del diagnóstico. La producción y comercialización de bebidas embriagantes son actividades económicas de gran volumen, que producen considerables ingresos al Estado y a quienes participan en ellas. Esta industria ha mostrado un desarrollo acelerado apartir de 1960, debido, en parte, a que las principales firmas controlan todo el proceso, desde la producción de insumos hasta la distribución, desplazando a las compañías que tienen menores recursos. En 1984, el consumo per capita en México, calculado de la venta de bebidas que están sujetas a controles sanitarios y fiscales, fue de 72 litros de bebidas alcohólicas y 5.46 litros de etanol puro. Estas cantidades serían aún más altas si se incluyeran todas la bebidas que no están sujetas a control. La dinámica del consumo varía de acuerdo con el tipo de bebida; el de pulque y cerveza ha disminuido, mietras que el de brandy, el de ron y el de vino de mesa muestra aumentos importantes. El consumo per capita en México es inferior al reportado en Estados Unidos, URSS y los países europeos (especialmente el de los que son productores de vino). Sin embargo, la tasa de cirrosis en la población masculina (28.9 por 100 000 habitantes), es comparable a la reportada en España, país consumidor de vino por excelencia, la cual es de 31.2 por 1000 000 habitantes. En nuestro país ésta es una de las principales causas de muerte entre la población general y es la primera entre la población masculina de 35 a 54 años. Los problemas asociados con el consumo de alcohol están directamente relacionados con la proporción de la población que consume el alcohol disponible y con las prácticas de consumo. En México existen altas tasas de abstención, especialmente entre las mujeres; el alcohol disponible lo consume un pequeño sector de la población, principalmente el de los hombres de edad media. Si bien la tasa de abstención es superior a la observada en otros países, también lo es la tasa de embriaguez. El patrón típico de consumo es episódico, pero se ingieren grandes cantidades de alcohol en cada ocasión. Este patrón se asocia con un alto grado de problemas, en particular, la participación del alcohol en actos violentos muestra una relación directa con el grado de violencia involucrada: en 1983, 15.8% de los accidentes de tránsito ocurrieron mientras el conductor se encontraba en estado de ebriedad. El 22% de los pacientes atendidos en hospitales de urgencia en la Ciudad de México en 1985, presentaban niveles positivos de alcohol en sangre. En 1981, la participación del alcohol en delitos del fuero común y federal, fue del 23%. En 1980, en el 38% de los casos de suicido registrados por el servicio médico forense en el D.F. se encontró un nivel de alcohol en sangre superior a 10 mg por 100 ml. Finalmente, el 49% de los homicidas recluidos en la Penitenciaría del D.F., había ingerido bebidas alcohólicas antes de cometer el crimen. Del diagnóstico del problema se desprende la importancia que tienen los programas preventivos. El programa contra el alcoholismo y contra el uso de bebidas alcohólicas, elaborado por la Secretaría de Salud, se basa en la evidencia de que las medidas preventivas aisladas no dan resultados satisfactorios y en que son más promisorias las acciones conjuntas que inciden tanto sobre la oferta como sobre la demanda. Dado que estas acciones rebasan la competencia de la Secretaría, se formó el Consejo contra las Adicciones, en el que participan los sectores público, social y privado. La estrategia del programa incluye la limitación de la disponibilidad, la educación para la salud, la identificación y tratamiento oportunos del bebedor problema y la asistencia y rehabilitación del alcohólico y de su familia, así como la investigación y la formación de recursos humanos en el área.es_ES
dc.formatAdobe PDFes_ES
dc.language.isospaes_ES
dc.publisherInstituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñizes_ES
dc.rightsAcceso Abiertoes_ES
dc.sourceSalud Mental (01853325) Vol.10 no.2 p.3-13 (1987)es_ES
dc.subjectMEDICINA Y CIENCIAS DE LA SALUDes_ES
dc.titleLas adicciones en México. I. El abuso del alcohol y los problemas relacionadoses_ES
dc.typeArtículoes_ES
dc.rights.licensehttp://creativecommons.org/licenses/by-nc/4.0es_ES
dc.creator.tidcaes_ES
dc.creator.tidcurpes_ES


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